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Los uruguayos y el IRPF

(Sobre resultados de una encuesta nacional de CIFRA de julio de 2008: 1003 entrevistados en sus hogares en todo el país entre los días 19 y 27 de julio, con resultados directamente comparables a los de las encuestas anteriores de CIFRA)

Las opiniones sobre el IRPF siguen siendo negativas, luego de que los que tenían que pagar el impuesto ya lo pagaron. Sólo la cuarta parte de la población (uno cada cuatro, 24%) opina a favor del IRPF. Úna clara mayoría absoluta, 57%, opina en contra.

 

 

Entre los que piensan votar al partido de gobierno una mayoría relativa (42%) opina a favor (el 36% está en contra.). Entre los que piensan votar a la oposición, y entre los que no saben o no dicen a quién piensan votar, amplias mayorías absolutas se pronuncian en contra del IRPF.

 

Durante casi un año y medio, desde 2006, antes de la entrada en vigencia del impuesto, hasta principios de este año, las opiniones sobre el IRPF habían sido siempre negativas y muy estables. Como se ve en la figura, las opiniones negativas variaban cerca de la mitad de la población, con pequeños altibajos (entre 47 y 50%).

Pero ahora, entre marzo y julio, los juicios negativos subieron más que durante el año y medio precedente, y los juicios positivos están en el valor más bajo de la serie, en sólo 24%.

La línea estable de fondo, negativa, es aproximadamente lo normal: a la gente no le gustan los impuestos, ni en Uruguay ni en ningún lado. Los impuestos que van a parar a rentas generales suelen ser menos populares que los demás impuestos (porque nadie sabe bien qué se hace con esa plata), y por supuesto, los impuestos son aún menos populares cuando uno es el que tiene que pagarlos.

Y el cambio reciente probablemente está vinculado a que hubo que reliquidar el impuesto, que muchos tuvieron que pagar más que lo que se les había descontado (pero ahora no es un descuento: es sacar plata del bolsillo de uno para pagar), y que se ha hablado mucho de eso.

Esta evaluación negativa sobre el IRPF no necesariamente tiene consecuencias políticas para el partido de gobierno ni para la precandidatura presidencial del Ministro Astori. Es claro que, con estas opiniones, el IRPF no ayuda a mejorar la popularidad del gobierno. Pero eso no significa que lo perjudique. El IRPF es una pieza importante de la política económica del gobierno, y sin embargo, como lo vimos aquí el lunes pasado, la mayoría de la población la aprueba, aunque el IRPF es claramente impopular.

Lo importante es la imagen más grande: si las cosas están mejor o peor (y la gente cree que están mejor), y si piensa que lo que se recauda con los impuestos se usa bien o no.