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Balance Vázquez-Mujica

La “sensación térmica” es que Tabaré Vázquez terminó su presidencia sin haber perdido el apoyo de la gente. Cuando se pregunta al conjunto de los uruguayos esa sensación térmica se confirma.

 

Más que eso: no solamente no perdió popularidad personal, sino que la aumentó significativamente. Hoy ocho de cada diez uruguayos sienten simpatía hacia su figura. Eso es casi 20 puntos más que la simpatía que despertaba cuando estaba por asumir, en febrero de 2005, antes que pudiera haber ningún “desgaste de gobierno” (63%). Se va con bastante más apoyo personal que el que tenía cuando llegó, algo no visto en ninguno de los gobiernos de la restauración democrática.

 

Como se ve en la Figura 1, ese mayor apoyo no surge sólo (ni principalmente) de los frenteamplistas, que siempre lo apoyaron. Surge de la oposición. Al principio de su gobierno, sólo minorías de los votantes blancos (37%) y colorados (24%) expresaban simpatía hacia el futuro presidente. Pero en estos cinco años Tabaré Vázquez logró suavizar las asperezas que “molestaban” al electorado no frenteamplista, y ahora más de 6 de cada 10 blancos y colorados simpatizan con el presidente que se va. La simpatía de blancos y colorados hacia el ex presidente, hoy, es igual a la que recibía de todo el electorado (frenteamplistas incluídos) cinco años atrás.

 

 

En términos de popularidades actuales, la del ex presidente es hoy imbatible, al menos para las tradiciones uruguayas. Estas cifras no se habían visto nunca.

 

Pero en términos de popularidad al comienzo de sus respectivos períodos de gobierno, Mujica comienza el suyo con números similares a los de Vázquez en 2005 (aunque un poco mejores). El 71% de los uruguayos siente simpatía hacia Mujica (era 63% hacia Vázquez en 2005), incluyendo el 94% de los frenteamplistas (era 87% para Vázquez), el 37% entre los blancos (igual que Vázquez en 2005), y 33% entre los colorados (para Vázquez era 24%).

 

 

Sin embargo, lo que los uruguayos queremos no es exactamente “más de lo mismo”. Al comenzar el gobierno anterior, en 2005, una robusta mayoría absoluta de la población (56%) quería grandes cambios respecto a la situación previa, y un 36% prefería “algunos” cambios. Los que no querían cambios o no opinaban eran una pequeña minoría (8%).

 

 

Este último grupo sigue siendo hoy una minoría (aunque algo mayor, 14%). Pero los que en 2005 querían grandes cambios (56%) hoy son sólo 26%, y los que preferían algunos cambios (36% en 2005) hoy son la gran mayoría (60%). Hace cinco años queríamos muchos cambios; ahora sólo queremos algunos cambios.

 

 


 

NOTA

Esta nota presenta los resultados de una encuesta nacional de CIFRA: 604 entrevistados en Montevideo y 402 en el interior del país, cara a cara en sus hogares entre los días 27 de febrero y 2 de marzo. La muestra de encuestados es probabilística y el margen de error máximo esperado para un 95% de confianza es aproximadamente 4 puntos porcentuales en más o en menos (+/- 3,99%).

 

 El texto de las preguntas formuladas a los encuestados es el siguiente:

 

 1. “En una escala de 0 a 10, donde 0 es mucha antipatía, 10 mucha simpatía, y 5 es ni simpatía ni antipatía, ¿qué puntaje le pondría a…?”

 

 2. “Para el país, ¿sería mejor que el nuevo gobierno hiciera grandes cambios, algunos cambios o que no hiciera cambios respecto al gobierno que termina?”

 

 En febrero de 2005 se formularon las mismas preguntas en una encuesta de características similares.